Existen también varios senderos que parten desde Punta del Hidalgo y Bajamar para internarse en las montañas y valles de Anaga. Su recorrido nos sumergirá en el paisaje de una de las zonas geológicas más antiguas de la isla, y nos conducirá a caseríos como los de Chinamada o Bejía, que formaron parte, en el siglo XIX, del que fue municipio de Punta del Hidalgo.
Y para saciar el apetito, la zona nos ofrece también numerosos restaurantes donde saborear los platos característicos de la cocina tradicional. Los pescados y mariscos frescos protagonizan un menú variado con el sabor de los pueblos marineros.
Esta zona constituye un escaparate en el que convive, en un espacio limitado, una enorme variedad de paisajes. Desde la costa hasta la cumbre, se entremezclan charcos, roques, zonas áridas y bosques siempre verdes.
Las costas de Bajamar y Punta del Hidalgo destacan por su amplia plataforma formada por rocas y charcos, generalmente poco profundos, que quedan al descubierto durante la marea baja. Estos charcos constituyen pequeños mundos llenos de vida en los que las crías de peces y los moluscos sirven de alimento a distintas especies de aves que visitan la zona, principalmente en invierno, bien para quedarse, o bien como escala en sus viajes migratorios.